RDP: El fútbol, la vida
Antes del Mundial, escribí que es muy fácil pegarle a alguien que está en el suelo. A Rodrigo De Paul le caían palos para hacerse un fuerte. Faltaron manos para azotarle, con razón y sin razón. Hoy RDP, casi proscrito en el Atleti, es héroe en su país. Levantó la copa linda, corrió lo que no está en los escritos y jugó a lo Simeone, con el cuchillo entre los dientes. Su Mundial, de menos a más, fue un la radiografía de Argentina. Se frustró, sufrió y padeció. Combatió, se levantó, creyó, peleó y lo consiguió. Antes del Mundial comprobó lo fácil que es recibir golpes cuando uno está en el piso. Ahora, después de la Copa del Mundo, comprueba lo fácil que es alabar a quien se ha instalado en la inmortalidad cuando muy pocos creían que podría hacerlo. El fútbol, la vida.
De Rodrigo, que levantó expectativas gigantescas que no se han cumplido, se ha dicho de todo. Que no tiene compromiso, que lleva una vida desordenada y que si le quitasen el 'flow', la planta de guapo, el gimnasio y los tatuajes, sería un jugador del montón. Sobre RDP ha descargado una lluvia de críticas, algunas merecidas y otras excesivas. Esa herida aún sangra. Aún escuece. Y sin embargo, De Paul ha sacado el paraguas con Argentina, contribuyendo a ganar un Mundial para su país, alcanzando la eternidad con un equipo de jugadores que no parecían campeones, pero han sabido serlo. Paradojas de la vida: golpeado en el Atleti, héroe en Argentina. Un hombre, dos mundos. El fútbol, la vida.
La pregunta que se hace la afición del Atleti es ¿qué hacer con RDP? ¿hay que venderle ahora para sacar dinero por él o confiar en que sea el jugador que sabe ser con su selección? La respuesta está en Rodrigo. La naturaleza de la afición del Atleti consiste en dar segundas oportunidades a quien se entrega en el campo. Si RDP tira la toalla y cree que su historia en el Atleti está muerta, adiós. En cambio, si RDP se emplea a fondo y corre como si le fuera la vida en ello, la gente del Atleti le va a aplaudir. Decidirá RDP. Tiene por delante un desafío emocional gigante. Y una charla pendiente con Simeone. Ha alcanzado la inmortalidad, es campeón mundial y ha ganado siendo el escudero de Messi. ¿Hay algo más difícil y eterno que eso? En realidad, sí. El Cholo se lo puede explicar. Hay algo más difícil. Ganar en el Atleti y sin Leo al lado. De Paul ya es eterno para Argentina. Ahora debe decidir si quiere ser leyenda con el Atleti. El fútbol. La vida.
Rubén Uría