Rodrygo y Vinicius, a culminar su obra

La Champions League 2021-22 conquistada por el Real Madrid yendo de milagro en milagro tiene muchos nombres propios, pero dos se elevan por encima del resto. Rodrygo y Vinicius. El primero fue el protagonista de una de las remontadas más extraordinarias e inverosímiles que se han visto en los últimos tiempos en el fútbol profesional. El segundo, sostuvo al equipo en la ida de la semifinal y puso la guinda con el tanto que le dio la Decimocuarta al Real Madrid en París contra el Liverpool. Este sábado, puede culminar la obra que les llevó hasta el Mundial de Clubes.

PSG, Chelsea y Manchester City fueron cayendo víctimas de la voracidad y la capacidad de supervivencia del Real Madrid en la pasada edición de la Champions. Benzema cimentó su camino hacia el Balón de Oro en las noches de primavera cuando sonaba el himno de la máxima competición de clubes. Pero el francés tuvo dos aguadores de lujo.

En la vuelta de los octavos contra el PSG, tras el mazazo de Mbappé, Benzema se apoyó en el brasileño para empezar a asfaltar el camino a la 'Orejona'. Vinicius estuvo presente en los tres goles del francés, asistente en dos y conductor de la contra que lanzó Modric y que el propio croata sirvió en bandeja a Benzema.

En la ida de los cuartos de Stamford Bridge, Vinicius volvió a ejercer de lugarteniente de Benezema en el 0-1. El francés haría dos más.

Los milagros de Rodrygo empezarían en la vuelta contra el Chelsea en el Santiago Bernabéu. Con el Madrid en la lona, Modric se sacó de la chistera un centro con el exterior del pie que Rodrygo mandó para dentro y el partido se fue a la prórroga. Donde volvió a aparecer KB9.

El Etihad Stadium fue la siguiente parada del Real Madrid, que cuando volvía a estar en la lona, entre Benzema y Vinicius, también Courtois, lo levantaron. El francés puso el 2-1. Y con el 3-1, Vinicius dejó su rastro en una cabalgada por la banda izquierda del ataque blanco que culminó con el pos que le faltó en sus inicios. Guardiola, en cuanto lo vio arrancar, se lo olió.

Pero la traca final estaba preparada para la semifinal. Corría el minuto 90 de partido, con el Manchester City con los dos pies en la final, después de que Mendy añadiera su nombre a la lista de los milagros, cuando Camavinga la puso más allá del segundo palo para que Benzema, en un gesto de acróbata, la metiera donde la pelota es un artefacto peligroso. Allí llego Rodrygo para meter el empate antes de ponerse la camiseta de Santillana. El Madrid seguía estando fuera, pero Carvajal tuvo paciencia para recortar y ponerla en el área. Asensio la dio con la coronilla y Rodrygo, ya en el aire, estiró un poco más la leyenda del Madrid. Apunto estuvo de que el partido no fuese ni a la prórroga. Pero allí lo volvió a arreglar Benzema.

En París, en la final, fue Vinicius el que grabó el nombre del Madrid en un trofeo que se creó para vivir en las vitrinas del Bernabéu. Rodrygo, en el banquillo, se reveló contra Ancelotti para tener minutos, era su Champions.

Y la del Madrid, que por eso está disputando el Mundial de Clubes, este sábado la final, a donde ha llegado esta vez sin Benzema. En la semifinal, Vinicius abrió la lata y Rodrygo puso la sentencia tras una delicatessen al alimón con Ceballos.

Esta noche, con Benzema de vuelta, pueden culminar su obra.