El primer amistoso del River Demichelis y una moraleja: nada será igual

Andres Herrera River La Calera Amistoso 22122022
Getty Images
Un duelo de principio de pretemporada no deja mucho lugar para el análisis, pero el Millonario deberá acostumbrarse al post Gallardo.

La Copa del Mundo ya terminó. Argentina es el campeón del mundo. Y mientras los héroes de Qatar siguen con su recorrida por el país, por sus pueblos natales, recogiendo el amor de los hinchas, el fútbol argentino lentamente regresa. Y lo que también terminó es el ciclo de Marcelo Gallardo en River, que deberá empezar a transitar de la mejor manera posible el futuro, que ya llegó.

Martín Demichelis no puede ni debe ser medido con la vara de un proceso irrepetible. Puede ser mejor incluso, pero jamás igual. A eso deberán acostumbrarse los fanáticos, aunque cueste. Tampoco es posible analizar en profundidad el primer amistoso de una pretemporada extraña, que lleva algunas semanas, atravesada por la fiebre mundialista y que todavía no llega a su etapa más intensa.

La idea, en principio, comenzó a exhibirse, aunque no utilizó de entrada el 3-3-3-1 que probó en las prácticas y fue hacia un tradicional 4-1-3-2. Un equipo vertical, intenso, que va desde afuera hacia adentro. Pablo Solari fue una vez más el jugador más incisivo, volcado a la izquierda, pero no pudo resolverlas bien. Pero nada más entra en el repaso que no sea la preocupación por la lesión en el tobillo de Matías Kranevitter, que tuvo que salir a los 8 minutos por una durísima patada y fue trasladado a una clínica para determinar el grado.

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Tampoco permite un balance que, en el entretiempo, haya realizado 10 cambios, además del que ya había realizado con el ingreso de Aliendro por Krane. Hubo lugar para juveniles como Londoño y Alfonso, además de participación para Centurión por algunas desatenciones defensivas.

Sí, hubo un resultado y fue 0-0 en los 90 minutos y hubo una serie de penales, en la que perdió por 4-3. Totalmente anecdótico porque lo saliente fue la posibilidad de perder por mucho tiempo al primer refuerzo y, también, por la obligación a mirar para adelante sin poner el pasado como medida.

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