Messi, el pibe de un partido, el veterano de mil

Messi Argentina Australia
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El 10 de la Selección argentina alterna versiones en el Mundial. Ante Australia, tuvo la desesperación del debutante y la calma del veterano.

La pelota se fue por la banda y él sintió que lo habían 'pecheado' de más. No quiso bajar la cabeza y seguir la jugada. Se plantó, se puso cara a cara y decidió enfrentarse ante el australiano Behich, un discreto lateral izquierdo. Unos segundos después, pareció incendiarse de furia. Tomó la pelota en el área, metió unos pasitos cortos y electrizantes y la acarició a un palo para salvar a la Selección argentina en un momento malo del equipo.

Como un pibe que recién juega su primer partido. Reaccionando. Peleando. Entrando en un juego sucio que no le corresponde. Como si fuera un súper veterano que ya jugó mil partidos. Teniendo la paciencia para no apurarse y colocarla en el momento perfecto. Dos caras de un mismo jugador.

Lionel Messi juega el Mundial Qatar 2022 como si fuera su primer partido. También como si fuera el mil, cifra que cumplió ante Australia por los octavos de final.

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El chico de un partido agarra la pelota en mitad de cancha y se anima a encarar todo lo que haya por delante. Deja a uno, dos, tres, cuatro hasta que las piernas lo exigen demasiado y no puede sacar el remate que hubiera deseado. El jugador de un partido tiene ganas de eludir a todos. El jugador de mil muchas veces toca a uno o dos toques, le da aire a su equipo.

El jugador de un partido tiene piernas frescas para ir siempre adelante. El de mil necesita descansar y desatenderse de las jugadas. Para respirar pero también para que los rivales lo pierdan del radar.

Messi, a los 35 años, es el jugador más desequilibrante del Mundial. No hay nadie que pueda inventar como él. No hay nadie que entienda el juego como él. Qatar se mueve al ritmo de sus piernas. El Mundial lo adora y él decidió meterse al torneo en el bolsillo.

El último gesto del jugador de los mil partidos: en un tres contra dos y en pelota dominada, tuvo otra concesión, decidió cederle un mano a mano a Lautaro Martínez, que viene sufriendo el torneo de una manera inesperada.

Juega como un juvenil y como un experimentado. Tiene todas las facetas del juego. Hace divertir y hace llorar. Lo tiene todo. Messi es el mismo fútbol.

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